El dichoso chat gpt comenzó a funcionar en la red en 2022. Una nueva herramienta a nuestro alcance. Para bien o para mal, la inteligencia artificial (IA) finalmente arribó masivamente y se comenzó a instalar en varios aspectos de nuestras vidas. La irrupción de esta tecnología trajo consigo una serie de conflictos existenciales que principalmente comenzaron a impactar en el ámbito laboral. Andrés Oppenheimer desde 2018 con su libro "¡Sálvese quién pueda!" daba cuenta de esta situación que se comenzaba a vivir en países tecnológicamente más desarrollados como Japón, entre otros. Hace ya seis años, restaurantes automatizados, al igual que hoteles atendidos por robots dinosaurios eran una realidad palpable, al igual que el surgimiento de nuevos movimientos de trabajadores en contra del desplazamiento, causado ahora por la IA.
Ante los riesgos de dicho desplazamiento, el autor advierte sobre la importancia de mantener cierta flexibilidad antes los cambios estructurales y adaptarnos considerando, al contrario de aquellos trabajos manuales y mecánicos, desarrollarnos en profesiones en las que el conocimiento y por lo tanto la perspicacia e imaginación humana son indispensables ya que estas tendrán menor riesgo de ser sustituidas. La creatividad como activo para hacer frente a estos grandes cambios.
En 2024, después de la popularidad que ganó el chat gpt, muchas cosas comenzaron a cambiar en varios espacios como la academia, pero también dentro de las aulas. Estos cambios, sin ánimos de parecer alarmista, creo que podrían poner en peligro esa creatividad que nos hace humanos y que provoca en nosotros la búsqueda de nuevas respuestas. En mi experiencia como docente, he visto en el último año cómo los estudiantes hacen un uso cada vez más usual del chat gpt para resolver tareas o trabajos en clase. Es gracioso la manera en la que se sorprenden cuando les señalo que su tarea la sacaron de esta herramienta, intentan negarlo, pero muchas veces es obvio que lo hicieron por la forma y palabras que ocupan para responder al ejercicio, al final terminan aceptando su fechoría, pero ya no hay vuelta atrás.
Su sorpresa dice mucho más. Pienso que se debe a que piensan que como profesores no estamos al tanto de ese tipo de tecnologías y quizá tengan razón en algunos casos y circunstancias. En la institución en la que laboro dentro del sector público, hasta el momento no he visto algún señalamiento explícito o algún tipo de curso o plática en las "jornadas académicas" que trate este tema con su planta académica. Creo que esto es preocupante, ya que si no se socializan estas circunstancias emergentes, a la larga podemos caer en acciones más punitivas sobre el uso de tecnologías, principalmente aquellos compañeros que están menos pendientes al respecto.
De manera personal, veo en el chat gpt una nueva herramienta y que prácticamente podemos ocupar como un asistente personal para diferentes actividades. Para entender cómo podemos ocuparlo, pienso un poco en el trabajo de ayudante en cualquier sector laboral, a grandes rasgos se le delegan ciertas tareas a cumplir que coadyuvan a un proceso más grande y que depende de la persona para quien trabajan. Este proceso se puede pervertir si al final se deja que el o los ayudantes hagan todo el trabajo, como consecuencia quien dirige el proceso quedaría desplazado o ignoraría aspectos fundamentales de las acciones a realizar.
Podemos ver el chat gpt de esta manera, sin embargo el proceso sobre el cual podemos perder control si se deja que esta herramienta haga todas las tareas es sobre nuestra propia creatividad. La creatividad es algo inherente a nuestra especie, sin embargo también debe ejercitarse constantemente para que pueda salir a relucir. Estoy seguro que hasta el momento, gran parte de los estudiantes en donde trabajo lo que hacen es preguntar a chat gpt y copiar textualmente sin pestañar el resultado que les ofrece. Es una táctica que seguramente les permite ahorrar tiempo haciendo tareas en cuestión de breves minutos, ampliando su tiempo libre para cualquier cosa que deseen. En esta acción hasta cierto punto inocente, sí creo que está en juego algo más y depende de los profesores cómo vamos a orientar esta situación.
No podemos evadirlo, ya es un hecho que los estudiantes están haciendo uso de la inteligencia artificial para realizar sus actividades y seguramente ya no sólo de chat gpt. Siendo así, considero tomar al menos tres nuevas medidas para mi trabajo en el aula:
Comenzar el curso haciendo mención de la inteligencia artificial y sus posibilidades como herramienta.
Identificar cómo perciben los estudiantes a las inteligencias artificiales en su contexto escolar.
Aplicar de forma estratégica el método de aula invertida añadiendo el uso del chat gpt u otra inteligencia artificial.
De momento esto se me ocurre para poder trabajar y aplicar la inteligencia artificial con los estudiantes. Creo que es una herramienta que puede potenciar de otra manera nuestro trabajo y uso del internet, sin embargo no podemos confiar ciegamente pensando que tiene todas las respuestas. Hay muchos detalles sobre la herramienta que al final sólo pueden ser solucionados con una atención plena de nuestra parte. Con esto me refiero a que esta herramienta también puede arrojar información falsa y este tipo de errores no siempre van a ser captados por nuestros estudiantes, por eso es importante que como profesores nos familiaricemos con la aplicación y también la ocupemos para nuestras actividades. Por ejemplo, alguna vez experimenté y le pedí al chat gpt que diseñara un examen de opción múltiple sobre cierto tema. Fue bastante útil, pero al final tuve que ajustar algunos detalles para que tuviera coherencia con mis propios objetivos en clase. Creo que esta es una de las miles de formas que podemos idear para integrar poco a poco estas tecnologías y a partir de nuestras experiencias abonar a la formación sobre su uso con nuestros estudiantes.
Por Raúl Loporte
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